Entre 1691 y 1724, los jesuitas intentaron convertirlos,
sin éxito, al catolicismo, pero tenían tras
bambalinas la misión de integrarlos al dominio de los
españoles. El padre Juan Bautista Zea trabajó en su
sedentarización entre 1711 y 1724, este último
año fue cuando el padre Achá logró agrupar a
varios clanes zamuco y fundar la primera misión con
ayoreos: San Ignacio de los Zamucos, que duró hasta 1745
porque los indígenas la abandonaron por "incompatibilidad
con la visión jesuítica de la vida".
Es así como se aislaron de la civilización
hasta 1930, que llegó con los aprestos de la Guerra del
Chaco entre Bolivia y Paraguay, lo cual los dividió y
provocó el ingreso de forasteros en su territorio. Rivero
subraya que en la contienda bélica, los ayoreos, al igual
que los guaraníes ava e izoceño, se encontraban en
el centro del lío y abandonaron sus predios porque los
ejércitos de ambos bandos ocupaban los sitios de agua y
sal, que eran fuentes de su uso tradicional. Huyeron al monte y
se mezclaron con los chiquitanos.
La APCOB continúa el relato con que a mediados de
1940, por requerimiento del Gobierno, misioneros católicos
y evangélicos los contactaron y crearon estaciones
misionales. En 1948, la Misión Nuevas Tribus fundó
Tobité, el primer asentamiento permanente de ayoreos en
Bolivia. En 1950, la Misión Sudamericana instauró
después Zapocó y Rincón del Tigre. En 1957,
la Iglesia Católica creó Santa Teresita. El
último grupo que aceptó la vida sedentaria y el
contacto misional se asentó y fundó Puesto Paz, en
1972.
Lo contemporáneo
"Así se dio inicio a un rápido proceso de
aculturación religiosa, social y económica,
alterando el mundo simbólico ayoreo y sus creencias del
pasado para introducir creencias cristianas, nuevos alimentos,
una nueva educación y un nuevo sistema de trabajo. Hasta
mediados de 1970 el proceso de salida del monte y la entrada a la
civilización occidental se dio por concluido". Como
subraya también el antropólogo Jürgen Riester,
las creencias antiguas de los ayoreos quedaron luego sepultadas
en el olvido.
Pero contra viento y marea, los miembros de esta
nación indígena aún subsisten en el Chaco
que une a Bolivia y Paraguay, aunque su territorio ha sido
menguado. En el país viven en cinco provincias
cruceñas: Chiquitos, Ñuflo de Chávez,
Andrés Ibáñez, Cordillera y Germán
Busch. Tienen cuatro tierras comunitarias de origen que en
conjunto contienen más de 250.000 hectáreas. Poseen
26 comunidades, de las que 16 asentamientos pertenecen al
área rural y nueve están en las urbes de Santa
Cruz.
Rivero, citando al naturalista francés d"Orbigny,
indica que en el siglo XIX existían unos 1.250 zamucos
aculturados, eso sin poder calcular los que estaban dispersos en
la selva. En 1994, la población censada fue de 856
ayoreos. Y actualmente puede haber más de 1.700, con un
índice de crecimiento poblacional sostenido. La APCOB
sostiene que hoy los miembros de esta etnia son aproximadamente
3.500 personas. Sin embargo, es difícil tener un
número redondo por la tradición itinerante de estos
indígenas.
El presidente de la Central Ayoreo Nativa del Oriente
Boliviano, Suby Picanerai, establece que sumando los ayoreos
presentes en los predios boliviano y paraguayo hay casi 5.000
almas. No obstante, a través del Ministerio de la
Presidencia, su entidad hace las gestiones para el emprendimiento
de un estudio que elabore un censo nacional de los ayoreos, lo
cual también ayudará a la conformación de
proyectos productivos y educativos en los lugares que tengan
mayor incidencia de esta etnia.
Viajeros sin fronteras, los ayoreos continúan
migrando de un lugar a otro sin restricción alguna.
Actualmente, en la urbe cruceña, por ejemplo, fruto de
ello ya hay tres asentamientos en las zonas periféricas:
en la Villa Primero de Mayo con Degüi, en el Plan Tres Mil
con Ogasui, y en La Pampa con Las Gramas. Domingo visitó
el primero, también conocido como Barrio Bolívar,
un sitio que tiene más de 300 habitantes que no olvidan
sus raíces y que lidian diariamente contra sus
limitaciones económicas, la discriminación y el
abuso. Sociedad que a pesar de estar rodeada de los
cojñone, saca pecho por lo que es.
Los antepasados
que andaban semidesnudos
Hoy los ayoreos visten ropa occidental. Los estudios
antropológicos señalan que en la antigüedad
ellos casi no usaban ropas y se limitaban a emplear cubresexos,
que eran adornos de plumas, y sandalias de madera o de dura piel
de pecarí. Isaías Montero Vaca, técnico de
Apoyo para el Campesinado Indígena del Oriente Boliviano
sostiene que "la verdadera vestimenta del ayoreo era su misma
piel desnuda, la que podía teñir de negro para la
guerra y de color rojo para el amor".
Las mujeres se cubrían con faldas de fibras
tejidas y con ellas igual confeccionaban las redes con que
transportaban a sus hijos. Como relata Juan de la Cruz
Ajójai Dosapéi, tras "el encuentro con los blancos,
los abuelos conocieron las telas, o sea camisa o pantalón.
Las mujeres hacían la pollera con la fibra del
caraguatá". No tenían vestidos festivos; y los
jóvenes usaban también collares. "Nuestros
antepasados tejían grandes mantas de caraguatá para
invierno y dormían alrededor del fuego".
Situación
y vida actual de los Ayoreo fuera del monte
La usurpación del amplio territorio
histórico Ayoreo por parte de colonizadores no
indígenas y de la sociedad envolvente ha traído
grandes transformaciones y un claro deterioro de la calidad de
vida ayoreo. Las prácticas ancestrales de convivencia
equilibrada con el medio ambiente fueron abruptamente
interrumpidas, cuando los grupos locales Ayoreo que habitaban, y
a la vez daban vida, a una extensión inmensa del monte del
Gran Chaco, fueron sacados de su hábitat, deportados a
asentamientos misioneros y obligados a sedentarizarse.
Hoy, más y más partes del monte
chaqueño sufren la paulatina alteración y
destrucción de los ecosistemas y son transformadas en
extensas pasturas para ganadería. Las operaciones
comerciales y productivas de la sociedad envolvente que hoy
marcan el presente y futuro de los territorios ancestrales ayoreo
son de hecho incompatibles con la cultura Ayoreo. Son
también incompatibles con la posibilidad de un futuro
sustentable del Chaco para los demás pueblos y para la
sociedad moderna.
En la actualidad, aparte de algunos grupos
pequeños que siguen viviendo en el monte y sin contacto,
la mayoría del pueblo Ayoreo vive ya fuera del monte y en
asentamientos fijos, permanentes: unos 22 asentamientos en
Bolivia, y actualmente (diciembre de 2005) 13 asentamientos en
Paraguay. El número total de integrantes de la etnia se
mantiene en alrededor de 4.000 personas, la mitad de las cuales
viven en territorio paraguayo.
La mayoría de los grupos locales del pasado han
desaparecido. En Paraguay, los Ayoréode se subdividen hoy
en tres grupos locales principales: Garaygosode, Totobiegosode y
Guidaigosode. Este último es el resultado de una alianza
histórica, en la primera mitad del siglo pasado, entre
varios grupos como los Ducodegosode, Tiegosode, Erampeparigosode
y Amomegosode. Los grupos locales nombrados se unieron en la
alianza de los Guidaigosode, pero aún hoy mantienen cierta
vigencia para la auto- identificación de las personas. En
los asentamientos estables de hoy, están presentes
integrantes de todos los diferentes grupos locales, de manera
entremezclada.
La pobreza de
hoy
Hay que señalar que el pueblo Ayoreo, antes del
inicio del proceso de colonización de sus territorios hace
solo unos 60 años atrás, no conocía lo que
hoy llamamos pobreza.
Inducidos por falsas promesas a abandonar su vida en el
monte, y deportados para vivir en asentamientos grandes y
permanentes de los misioneros, y en un modelo económico no
indígena y totalmente ajeno a su cultura de vida hasta
aquel momento, su estrecha relación particular con el
monte y con su medio ambiente paulatinamente empezó a
perder sentido y a alterarse. Hoy, la situación de los
Ayoreo refleja los resultados de un acelerado proceso de
pauperización y muestra una creciente pérdida de
autonomía y creciente dependencia del sistema de vida de
la sociedad envolvente, sin a la vez poder contar con las
oportunidades necesarias para alcanzar un estándar de vida
cambiado pero compatible tanto con la dignidad humana y con la
vigencia de la integridad del medio ambiente. No pocos Ayoreo
viven actualmente cerca de los centros de mayor
concentración poblacional no- indígena, en
condiciones de gran deterioro, y buscan trabajos precarios
ocasionales como jornaleros en un mercado laboral inseguro,
irracional y excluyente. Muchos jóvenes Ayoreo no ven
perspectivas de futuro y carecen de toda oportunidad
constructiva.
Perspectivas de
futuro
La sociedad envolvente, no- indígena está
llamada a dar y dejar el espacio necesario para que el pueblo
Ayoreo pueda ir reformulando su proyecto colectivo de vida. El
mismo inevitablemente ya debe combinar actividades productivas
tradicionales por un lado y nuevas, modernas, por el
otro.
El replanteo necesario del proyecto colectivo de vida
del Pueblo Ayoreo es impensable sin la recuperación si no
es de la propiedad, por lo menos de la posesión, del
acceso y del usufructo sobre sus territorios ancestrales. Esta
recuperación exige la formulación de "planes de
manejo territorial" novedosos que se apoyan en su saber
ancestral, y que contemplen sus necesidades socioculturales y
espirituales, pero también la situación cambiada de
la etnia y de su entorno. Esto a su vez no es factible si la
sociedad envolvente no se empeña a su vez en la defensa y
la restauración de sus ecosistemas degradados. Hay que
remarcar que la defensa y recuperación de la vitalidad de
estos ecosistemas es una condición también para las
posibilidades de futuro de la misma sociedad
envolvente.
También es necesario garantizar la vigencia y
aplicación de las leyes que reconocen, protegen y amparan
a los pueblos indígenas como el pueblo Ayoreo, sus
recursos ancestrales y sus intereses en general. Entre ellas
está el Convenio 169 de la OIT, ratificado por Paraguay en
1993.
El pueblo Ayoreo tuvo una cultura de vida cuyas
refinadas reglas de convivencia con la naturaleza y cuyo
abarcante conocimiento de la misma, permitió una vida
sustentable desde tiempos inmemoriales, tanto para los humanos
como para la naturaleza. Al ser despojados y evacuados de su
territorio ancestral, la etnia fue sometida a cambios abruptos en
su existencia y arrojada a la indigencia de una vida en
confinamiento y marginalización. La recuperación
del bienestar social y cultural del pueblo Ayoreo pasa por la
recuperación de la posesión sobre sus territorios,
y de la recuperación de la soberanía sobre su vida
y sus espacios vitales, a más de asegurar el adecuado
abordaje de los problemas creados a través de los
años de despojo y dependencia.
Actualmente, los ayoreos viven en diez comunidades en
Bolivia y tres en el Paraguay. Todas estas comunidades, situadas
al margen de su hábitat tradicional. Solamente un grupo
local, los Totobiegosos, se encuentra todavía en el monte,
sin contacto con los demás ayoreos o
cojnonte-extranjeros.
Organización
económica
La economía ayoreo se basa en la caza de animales
del monte chaqueño (chanchos del monte, armadillos, osos
hormigueros, tortugas) y en la recolección (miel, frutas
del monte, fibras vegetales y materias primas para la
producción de objetos de uso). Estas actividades de
sustento son complementadas por la pesca en los arroyos y las
lagunas, y los cultivos en pequeños claros en el monte,
ambos en las épocas de lluvia en verano. Leer
más…
En la vida tradicional, existían numerosos
sistemas y mecanismos de distribución que aseguraban la
redistribución, al interior del grupo familiar y local, de
todo lo que uno podía haber cazado, recolectado o
cosechado. De esta manera participaban y se beneficiaban
también aquellos miembros del grupo (ancianos, viudas,
huérfanos, etc.) que por diversos motivos no podían
ejercer ellos mismos una actividad materialmente
productiva.
Estos mecanismos de distribución se mantienen
aún hoy vigentes en la vida no tradicional y sedentaria,
ya fuera del monte, y son aplicados también a los
productos y las ganancias provenientes de las formas de
producción de la vida moderna. La no- acumulación
de bienes materiales que resulta – todo lo que "ingresa" se
redistribuye de inmediato – le garantiza al pueblo Ayoreo hasta
hoy un alto grado de movilidad personal y colectiva, y la
vigencia natural de mecanismos de solidaridad que protegen a los
más débiles.
Organización social y
política
En el tiempo de la vida tradicional antes del contacto,
los Ayoreo estaban políticamente organizados en más
de cincuenta grupos locales que se dividían el territorio
de la etnia y que recorrían espacios extensos y propios.
Cada grupo local gozaba de un grado muy elevado de
autonomía política y con un liderazgo
independiente, autónomo con relación a los
demás grupos. Las relaciones entre muchos de estos grupos
locales, igual que las relaciones con los otros pueblos
indígenas y no- indígenas eran de guerra. De
acuerdo a las necesidades y las circunstancias de una vida
nómada en constante movimiento, los grupos locales
podían dividirse en subgrupos, separarse temporariamente,
y volver a unirse más tarde. No existía una
jerarquización del liderazgo ni un liderazgo centralizado
para toda la etnia. Coincidentemente, ni los territorios de los
grupos locales, ni el territorio de la etnia en su totalidad,
tenían centros geográficos.
Ni los grupos locales, ni sus territorios deben
considerarse como permanentes. La historia ayoreo conoce como
algo normal las divisiones que conducen a la desaparición
de grupos y a la constitución de otros, nuevos, las
uniones entre grupos diferentes y los cambios de nombre, todo con
los consiguientes cambios y redefiniciones del territorio
grupal.
Esta organización política comunica la
idea de dinamismo, de movilidad social permanente, de la ausencia
de un principio ordenador jerárquico y de principios
centralizadores, y de una capacidad elevadísima de
adaptación a las circunstancias de la vida.
La unidad de organización social y
económica más importante era el "jogasüi", la
familia extensa, que incluye además otras familias
amigas.
Paralelamente a esta organización política
descrita, la etnia estaba dividida en siete clanes. Los nombres
del clan al que pertenece le dan hasta hoy el apellido a cada
integrante de la etnia. Los miembros de cada uno de los siete
clanes comparten un origen mitológico común y a una
red de parentesco que incluye, para cada clan, una serie de
animales, plantas, estados meteorológicos y
fenómenos de la naturaleza en general, al igual que
objetos de uso y artefactos humanos. El hecho de compartir la
pertenencia clánica con todos los seres del mundo crea,
para cada Ayoreo, una unión sentida de cercanía y
solidaridad con los mismos. Todos los clanes en su conjunto
incluyen así la totalidad de todo lo que existe, y todo lo
que existe es a su vez pariente de los Ayoreo.
La estructura de relaciones clánicas coexiste y
se superpone a la organización social de los grupos
locales y se extiende como una red invisible a la etnia en su
conjunto, preestableciendo relaciones de cercanía y apoyo
mutuo incluso entre personas que nunca se encontraron
físicamente pero que se reconocen como parientes (no
sanguíneos) en el momento que se encuentren.
Tierra y
territorio
Los Ayoreo tienen acceso a medio ambientes
diferenciados, chaco, región húmeda vecina del
pantanal y a la zona pre-amazónica de la selva chiquitana.
Las comunidades ayoreas que actualmente tienen algo de tierras,
las obtuvieron bajo las gestiones de las misiones Nuevas Tribus y
Sudamericana, y también del Vicariato de Chiquitos. Las
que tienen títulos de propiedad, en diferentes estados de
legalización son: Poza Verde, Puesto de Paz y
Urucú, todas las tierras con título están a
nombre de las misiones o del Vicariato.
En el marco de la Ley INRA, los ayoreos han sido dotados
de Tierras Comunitarias de Origen en cuatro comunidades:
Zapocó, Rincón del Tigre, Santa Teresita y
Tobité, las mismas que actualmente se encuentran tituladas
y demarcadas.
Inicios del proceso jurídico
La línea base del proceso se asentó sobre
instrumentos jurídicos nacionales e internacionales
vigentes en el país. El abordaje efectuado se
sustentó en la lógica "ganador-ganador"; esto es,
un juego donde, sin desconocer la existencia de perdedores
históricos, se establecía la convicción de
que los resultados positivos de la reivindicación
territorial indígena no sólo beneficiaba a
éstos, los contactados y sus familiares en el monte, sino
también al desarrollo sustentable de la región
chaqueña, cautelándose mínimamente, conforme
a derecho, formas de vida culturalmente distintas. No
tardarían en hacerse visibles los intereses que estos
trámites ponían en peligro.
La delimitación territorial. Con el concurso de
los antropólogos Verena Regehr y Volker von Bremen los
Totobiegosode delimitaron la superficie a reivindicar. Sobre su
hábitat tradicional, de unos 2.8 millones de
hectáreas, convinieron en tramitar la restitución
de unas 550.000 hectáreas localizadas en el actual
Departamento del Alto Paraguay. En varios viajes identificaron
las áreas de bosques en estado natural, los sitios
históricos (Arucojnachui, Esoidate Guidaiode, Cuguedodie),
los lugares de desplazamientos de la gente en el monte, las zonas
alejadas de caminos que cortaran la superficie y la
extensión básica para el usufructo de los recursos
para sí y para los silvícolas. El área
incluye la convergencia de tres biomas de la región, de
alta diversidad de flora y fauna y con variedad de suelos, con
zonas lagunares y pantanos.
Los derechos garantizados en la norma. La
Constitución Paraguaya, el Convenio 169 de la OIT y la Ley
904/81 Estatuto de las Comunidades Indígenas constituyen
los fundamentos jurídicos de la reivindicación
Ayoreo Totobiegosode.
De acuerdo a procedimientos establecidos, fueron
abiertos expedientes ante el Instituto de Bienestar Rural (IBR,
actual INDERT) y el Instituto Paraguayo del Indígena
(INDI) entidad a la que, de acuerdo a la Ley 904/81, compete el
cumplimiento de los objetivos de dicha norma. Previamente los
Ayoreo Totobiegosode obtuvieron Personería
Jurídica, en virtud de la cual otorgaron
representación convencional a profesionales para la
realización de las gestiones correspondientes. La apertura
de trámites correspondió a la abogada Mirna
Vázquez Llamosas, de amplia capacidad y experiencia en
defensa de tierras indígenas, quien desarrolló el
acabado sustento que el marco jurídico presta al derecho
de los pueblos indígenas a la propiedad de sus tierras, el
que "justifica plenamente el reclamo del pueblo Ayoreo
Totobiegosode sobre el territorio cuya legalización
plantea al Estado paraguayo y a la misma sociedad nacional."
(Vázquez,1998).
El Capítulo V de la Constitución. En 1992
fue promulgada la carta magna, en virtud de la cual se reconoce
la existencia de los pueblos indígenas como grupos de
cultura anteriores a la formación y organización
del Estado paraguayo (Art. 62) y el derecho de éstos
pueblos a la titularidad de la tierra adquiere rango
constitucional. El Art. 64 reza:
"De la propiedad comunitaria. Los pueblos
indígenas tienen derecho a la propiedad comunitaria de la
tierra, en extensión y calidad suficientes para la
conservación y el desarrollo de sus formas peculiares de
vida. El Estado les proveerá gratuitamente de estas
tierras, las cuales serán inembargables, indivisibles,
intransferibles, imprescriptibles, no susceptibles de garantizar
obligaciones contractuales ni de ser arrendadas; asimismo,
estarán exentas de tributo. Se prohíbe la
remoción o traslado de su hábitat sin el expreso
consentimiento de los mismos."
El Convenio 169 de la OIT. Ratificado por el país
mediante la Ley 234/93, reconoce la importancia de la tierra y
territorios de los pueblos indígenas, de su
posesión y uso comunitario, como también sus
derechos sobre los recursos naturales. El Art. 14
establece:
"1) Deberá reconocerse a los pueblos interesados
el derecho de propiedad y de posesión sobre las tierras
que tradicionalmente ocupan. Además, en los casos
apropiados, deberán tomarse medidas para salvaguardar el
derecho de los pueblos interesados a utilizar tierras que no
estén exclusivamente ocupadas por ellos, pero a las que
hayan tenido tradicionalmente acceso para sus actividades
tradicionales y de subsistencia. A este respecto, deberá
prestarse particular atención a la situación de los
pueblos nómadas y de los agricultores
itinerantes.
2) Los gobiernos deberán tomar las medidas que
sean necesarias para determinar las tierras que los pueblos
interesados ocupan tradicionalmente y garantizar la
protección efectiva de sus derechos de propiedad y
posesión.
3) Deberán instituirse procedimientos adecuados
en el marco del sistema jurídico nacional para solucionar
las reivindicaciones de tierras formuladas por los pueblos
interesados."
La Ley 904/81, Estatuto de las Comunidades
Indígenas. Promulgada en 1981, regula los trámites
de legalización de tierras, el reconocimiento de los
sistemas de autoridad y la personería jurídica de
las comunidades. El concepto de pueblo será introducido
posteriormente en la carta magna de 1992. El Art. 1°
establece el objetivo de la Ley:
"Esta Ley tiene por objeto la preservación social
y cultural de las comunidades indígenas, la defensa de su
patrimonio y sus tradiciones, el mejoramiento de sus condiciones
económicas, su efectiva participación en el proceso
de desarrollo nacional y su acceso a un régimen
jurídico que les garantice la propiedad de la tierra y
otros recursos productivos en igualdad de derechos con los
demás ciudadanos."
La delimitación física del territorio
requirió posteriormente la identificación
jurídica de los contemporáneos titulares de
dominio, mediante investigaciones realizadas en la
Dirección General de los Registros Públicos. La
historia dominial da cuenta de las sucesivas operaciones de
compra-venta de la superficie, a partir de la venta de tierras
públicas efectuadas por el Estado Paraguayo a finales del
Siglo XIX, siendo la empresa de origen anglo-argentino Carlos
Casado S.A. la primera poseedora de un inusual latifundio en la
Región del Chaco2, establecido sobre territorio del pueblo
Ayoreo, entre otros.
Identificada la inscripción de las fincas,
superficies de bosques sin alteración, de uso tradicional
y actual de los Ayoreo Totobiegosode en situación de
aislamiento, se obtuvieron del Juzgado correspondiente las
medidas cautelares de prohibición de innovar de hecho y de
derecho, a fin de evitar que la superficie en trámite se
transfiriera libremente, en tanto se efectuaran los
trámites de legalización. Las restricciones
dominiales se fundaron en disposiciones de la Ley No. 43/89, la
que establece en su Art. 2:
"No se admitirá innovación de hecho y de
derecho en perjuicio de los asentamientos de las comunidades
indígenas durante la tramitación de los expedientes
administrativos y judiciales a que dieren lugar la
titulación definitiva de las tierras."
Entretanto se efectuaban gestiones para la
restitución del territorio reivindicado, se
producían nuevos avistamientos de las familias Ayoreo
Totobiegosode en situación de aislamiento, y se generaban
reacciones diversas. Heinrich Dyck, gerente general del
Comité Central de las Colonias Menonitas del Paraguay,
declaraba a la prensa: "Lo que nos preocupa en este momento es
que de repente nos quieren impedir seguir trabajando en una
superficie bastante considerable por medio de una orden judicial
de no innovar para reservarlo posteriormente para los
indígenas3". En noviembre de 1994 una topadora menonita
ingresó nuevamente a un guidai (aldea) de la gente del
monte, localizada al sur de las tierras en trámite en el
Departamento del Alto Paraguay, provocando la huída de las
familias, las que se adentraron más al norte de la
espesura chaqueña. Medios locales informaban
que:
"Una comunidad con toda la infraestructura necesaria,
como chozas, chacras, enseres domésticos, armas para
cacería, hornos subterráneos para asar las tortugas
que consumían, sandalias pytayovai de niños y
adultos, juguetes e incluso alimentos pronto para su consumo,
fueron hallados en el monte. (…) Cántaros, ollas, arcos
y flechas -también de niños- indican que la
comunidad huyó sorpresivamente del lugar…4". El hallazgo
intensificó por un lado la solicitud indígena para
la legalización de sus tierras y fundamentó por el
otro la vigencia de las medidas cautelares sobre la superficie de
bosques en resguardo
La delimitación territorial. Con el concurso de
los antropólogos Verena Regehr y Volker von Bremen los
Totobiegosode delimitaron la superficie a reivindicar. Sobre su
hábitat tradicional de una extensión de 2.8
millones de hectáreas convinieron en tramitar la
restitución de unas 550.000 hectáreas localizadas
en el actual Departamento del Alto Paraguay. En varios viajes
identificaron las áreas de bosques en estado natural, los
sitios históricos (Arucojnachui, Esoidate Guidaiode,
Cuguedodie,…), los lugares de desplazamientos de la gente
en el monte, las zonas alejadas de caminos que cortaran la
superficie y la extensión básica para el usufructo
de los recursos para sí y los silvícolas.
Ecológicamente, el área delimitada incluye la
convergencia de tres biomas de la región, de alta
diversidad de flora y fauna y con variedad de suelos, con zonas
lagunares y pantanos.
El retorno a las
tierras recuperadas y la discusión sobre derechos
indígenas
En 1997, a cuatros años de iniciado el proceso
jurídico-administrativo, los Ayoreo Totobiegosode
recibieron el primer título de propiedad de la superficie
solicitada. Se trató de un inmueble fiscal, de unas 26.000
hectáreas. En junio del mismo año se realizaba el
primer repoblamiento Ayoreo Totobiegosode en las tierras
restituidas, al sur del territorio, en un inmueble ya pagado
parcialmente por el estado. Familias provenientes de Campo Loro
conformaron el asentamiento comunitario al que denominaron
Arocojnadi (lugar en el que apareció un cocodrilo), sitio
conocido por la gente desde antes de su contacto con la sociedad
no indígena.
Nuevas situaciones vendrían a agitar los temores
de sectores empresariales y ganaderos de la región. A
finales de 1998 se tomó conocimiento de la presencia de
dos sub-grupos silvícolas al oeste del Chaco, Departamento
de Boquerón. En el mes de octubre un grupo familiar fue
contactado por un ayoreo guidaigosode de Campo Loro. Se trataba
de la familia de Parojnai Picanerai, de siete miembros, en tanto
otro sub-grupo permanecía en el monte, dando
posteriormente señales de rechazar cualquier intento de
búsqueda o contacto. La aparición de gente en
aislamiento en la zona de Amotocodie (territorio oeste de los
Totobiegosode), zona fuera de la superficie en trámite,
llevó al equipo de profesionales no indígenas a
solicitar a la Fiscalía General del Estado la
interposición de medidas cautelares en aquella
región, al efecto de salvaguardar el derecho de
autodeterminación de los silvícolas que allí
se desplazaban.
La gestión de medidas cautelares en tierras
localizadas fuera del territorio en trámite, como las
denuncias sucesivas de determinados intentos misioneros por
contactar a los indígenas en aislamiento tuvieron
repercusiones adversas especialmente en ámbitos del Chaco
central, percibiéndose amenazas para la expansión
de emprendimientos agropecuarios sobre tierras no innovadas en la
región. Un empresario de la zona escribía en agosto
de 1998 en un artículo titulado "Desarrollo o reserva
ecológica ayoreo":
"Después de las apariciones de los
silvícolas ayoreo totobiegosode, que fueron difundidas por
los medios de comunicación y ya son de público
conocimiento, se firmó la resolución de
prohibición de innovar, afectando así a una gran
zona ganadera y de desarrollo. Por más que se haya emitido
la mencionada resolución como medida cautelar,
según consta en la resolución, el impacto negativo
es inmediato y hasta tiene, si se quiere, un efecto
"dominó". Además de frenar todo desarrollo en la
zona, deja a unas 100 personas sin trabajo. (…) En unos
días más se pretende hacer una reunión de
ganaderos, empresarios, inversionistas extranjeros y toda persona
interesada o afectada por esta pesadilla, para así decidir
que medidas tomar al respecto."
Filosofía
Cosmovisión.
La representación que los Ayoreos tienen del
universo, esta consolidad por la comunicación de los
chamanes, cuyas orégatedie (almas) son las únicas
que pueden penetrar en esas regiones. De esta forma la
construcción del mundo difiere en particularidades, pero
se notan rasgos fundamentales comunes que corresponden a las
representaciones de todos ellos.
Los Ayoreos se imaginan a la tierra en forma plana,
según su cosmovisión, sobre ella se levantan dos o
cuatro capas de la bóveda celestial. La capa inferior
más cercana a la tierra, la denominan
gatájnoque ó érape tejnui,
esta zona esta cubierta de grandes bosques donde también
viven animales, pero en proporciones mayores que en la
tierra.
Le sigue la llamada capa érape
uñai, allí hay playas de arenas y rocas en las
que habitan las nubes y donde se origina la lluvia, según
su cosmovisión. En este lugar del cielo también
viven los animales que aparecen en grandes cantidades poco tiempo
después de las lluvias (aves acuáticas, sapos,
ranas y mosquitos).
La capa superior de cielo es gatajnoque gatei.
Allí se encuentran el sol, la luna y las
estrellas.
Religiosidad.
Religión y
Mitología
Tradicionalmente los ayoreo, poseían una amplia
mitología y fiestas religiosas propias, relacionadas con
sus creencias en determinadas aves como divinidades tutelares; su
cósmica se desplazaba en una constelación compleja
y altamente estructurada de sistemas simbólicos, cultura
ideológica que contrastaba con la escasez de material en
la que vivían y el estado de nomadismo tribal. Se
tenía el chamanismo como fuerza centralizadora del clan,
paralelo al papel del decasuté; ahora ello ya no existe y
es el Cristianismo el que se ha impuesto.
Tradicionalmente los Ayoreos, poseían una amplia
mitología y fiestas religiosas propias, relacionadas con
sus creencias en determinadas aves como divinidades tutelares; su
cósmica se desplazaba en una constelación compleja
altamente estructurada de sistemas simbólicos, cultura
ideológica que contrastaba con la escasez de material en
la que vivían y el estado de nomadismo tribal. Se
tenía el chamanismo como fuerza centralizadora del clan,
paralelo al papel del decasuté; ahora ello ya no existe y
es el Cristianismo el que se ha impuesto.
Creencias sobre la muerte
Todos los pueblos amazónicos creen en la
inmortalidad de alma, conciben que al morir una persona su alma
deambula por la selva durante mucho tiempo, después se va
a vivir a un lugar imaginario donde dicen se encuentra la tierra
sin mal. En este lugar no hay jefes, todos son iguales y hacen lo
que les place, aseguran también que en el lugar destinado
a los muertos no viven los blancos.
La escatología amazónica pese a la
presión e influencia católica ha logrado
sobrevivir, refugiándose en simbologías cristianas,
como se dio en el Beni con el movimiento mesiánico de
búsqueda de la "tierra sin mal", que durante siglos y
hasta hoy sigue movilizando a los indígenas
moxeños, movimas y yuracaré que esperan encontrarla
representada en una "loma santa".
La concepción originaria establece que existe dos
tipos de almas o espíritus, las buenas y las malas; los
espíritus malos permanecen por mayor tiempo peregrinando
en la selva, y en oportunidades se encarnan en animales y
plantas. Los espiritus buenos van directamente a un lugar de
placer y abundancia (tierra sin mal).
Dada las pautas sobre las creencias después de la
muerte, es reconocible en las culturas amazónicas la
práctica de una ética encomiable; respetan la vida,
practican la justicia y valoran la solidaridad.
Concepciones religiosas
En la religiosidad indígena se tiene la idea de
que existen seres o divinidades benignas, que ayudan y protegen y
malignas que atacan y engañan a los hombres de distintas
maneras. Estos últimos seres sobrenaturales están
para castigar a las personas que violan las reglas de la
comunidad, como las leyes culturales y los tabúes de
reproducción.
En la actualidad son pocos los grupos indígenas
que practican la religión tradicional de carácter
telúrica y natural, pues la mayoría han sido
influidas por el catolicismo o el evangelismo protestante, que
han cambiado sistemáticamente la faceta espiritual de las
culturas amazónicas, dejándoles inmersos en un
complejo sistema de valores desconocidos y contradictorios a su
ética comunitaria.
Mitos y
ritos
Mitología
La mitología amazónica tiene
superabundancia de relatos elaborados para explicar y justificar
la existencia de todos los entes naturales y supranaturales. El
sentido simbólico del mito adquiere importancia profunda
en la organización y religión de los
indígenas, puesto que cada hecho y cada situación
particular son desarrolladas a partir de la abstracción de
una realidad.
Los mitos indígenas expresan
simbólicamente situaciones críticas para el pueblo
o recordatorios destinados a garantizar su existencia cultural.
Por ello los mitos pueden ser educativos, que ayudan a que los
miembros de un grupo se preparen para afrontar adversidades, o
regulatorio si enseñan a que se cumplan las normas
tradicionales. En la Amazonía la representación
simbólica articula el conjunto de las actividades
sociales, culturales y económicas.
Mito de la creación de la
gente:
Con la sombra de Dupade se hicieron los
Ayoreo. Voy a hacerlo con mi misma sombra, dijo Dupade. Dupade
creó la persona hombre con la boca abierta y sin
espíritu. Salía todo por la boca y el ano.
Entremezcló su interior con aire y le dio la vida. Otro
día hizo otra persona. Era muy frágil y era mujer:
ordenó al hombre que tuviera sexo con ella. Pero no daba
gusto. Entonces echó ají y sal y el sexo daba
gusto. Su vientre se hinchó mucho. Y le preguntaron a
Dupade qué era. Es un hijo dijo Dupade, no hay que tener
miedo. Pero ellos al ver la cintura quedaron
atemorizados.
Ciclo Vital
Embarazo y Parto
En la mayoría de los
indígenas amazónicos se desconoce la
relación que tiene la menstruación con el embarazo,
se dan cuenta que la mujer espera un niño tocándose
el estómago o cuando empiezan los primeros movimientos del
pequeño. A partir de este momento existen alimentos
prohibidos tanto para la mujer como para el esposo.
El alumbramiento tiene lugar en la casa o
en algún claro del bosque, generalmente son las mujeres
ancianas que ayudan en el parto, pero el marido u otro familiar
también pueden hacerlo. Es costumbre en las comunidades
amazónicas que todas las personas, incluidos los
niños puedan presenciar el parto; después del
nacimiento toda la población se reune para festejar la
venida de un nuevo ser.
Pasado el nacimiento, la madre y el padre
se prohiben comer animales y aves macho, hasta bastante tiempo
después que el niño camine y pueda hablar. Esta
práctica de cutipa (cuvada) es cumplidad rigurosamente por
todos los miembros de la cultura, pues conciben que su
infracción implica castigo sobrenatural.
Originalmente en los pueblos
amazónicos cuando una mujer muere durante el parto, aunque
el niño esté vivo lo entierran junto con ella. Es
también costumbre muy generalizada en muchos grupos, que
si nacen mellizos no se permita vivir a uno de los dos. Los
hombre prefieren que el primer hijo sea varón, pues se
convierte en un compañero y ayuda.
Es probable que el aborto sea considerado
delito grave en muchas culturas amazónicas; si un
bebé muere dentro del vientre se culpa a la madre, los de
la aldea la miran mal y de manera acusadora y el esposo puede
incluso separarse de ella. Seguido al nacimiento se le da el
nombre a la criatura; normalmente escogen nombres provenientes de
sus antepasados o de familias adultos, pero también es
común en la Amazonía el poner nombres relacionados
con animales o fenómenos naturales.
Ritos de
Iniciación
En las culturas amazónicas se pueden
observar ritos de iniciación a la entrada de la pubertad.
Cuando el indígena tiene alrededor de doce años es
iniciado a través de ritos de carácter social y
religioso. Estas celebraciones son seguidas de perforaciones del
septo nasal, el rapado de la cabeza, de la
circunscripción, del uso de armas y herramientas y de
otros hechos que tienen relación con la sobrevivencia
física y cultural del grupo. Pasado los ritos, los
jóvenes adquieren su mayoría de edad y pueden
buscar pareja para el matrimonio, así como ejercer
derechos de adultos.
El rito destinado a las mujeres no se
diferencia en mucho a los del varón, pero es una constante
que esté relacionado con el inicio del primer periodo
menstruo. Cuando sucede ello es normal que la niña sea
aislada de las demás personas, incluso de sus familiares,
permaneciendo ya sea en un lugar especial o en una hamaca muy
común en las culturas amazónicas. Se le quita los
adornos comunes y el cabello se le corta al ras; ella está
prohibida de comer alimentos con sangre, como carnes de animales
y de ciertas aves. El alimento que pueden consumir las
niñas es preparado especialmente por sus madres y los
cuidados se prolongan por varios días. Estos hechos
otorgan la madurez sexual.
Matrimonio
Por la diversidad cultural existernte en la
Amazonía boliviana, las formas de matrimonio son muchas y
cada una con caracterísiticas muy diferentes. Es una
constante sin embargo, que el matrimonio esté
íntimamente relacionado con expresiones de alianza entre
familias extensas, que garantizan la reproducción de la
vida y la cultura. Es muy común la práctica del
matrimonio poligínico, donde la familia la constituye un
hombre con dos o más mujeres, que a la vez atienden a sus
respectivos hijos. Se conocen casos también en algunos
grupos indígenas donde se presenta al matrimonio
políginico sororal, de un hombre con dos o tres hermanas
destinado a equilibrar las relaciones entre las co-esposas y sus
hijos que además de ser hermanos son primos.
Las prácticas originarias de
matrimonio debido al proceso de cristianización que se
remonta a la época de las reducciones jesuíticas,
han sido progresivamente sustituidas y alteradas por los ritos
cristianos y occidentales. Por ejemplo, el matrimonio entre
moxeños y chiquitanos es realizado de acuerdo al canon de
la iglesia católica por un sacerdote, diácono o
incluso doctrinero del Cabildo Indigenal.
Existen muchas prácticas curiosas en
la Amazonía, una de ellas es cuando un hombre quiere a una
mujer independiente, viuda o solterona para su esposa, lo
único que hace es ofrecerle carne fresca para que se la
cocine, si ella acepta prepararle los alimentos,
automáticamente lo acepta también como esposo.
Otras prácticas de unión matrimonial están
relacionadas con el rapto de la mujer o formas de exogamia
interclánica, que regulan el flujo de mujeres en
función a sistemas de alianzas políticas y
económicas.En la institución del matrimonio
también existen preferencias entre primos cruzados o
primos paralelos; en los primero un hombre puede casarse con la
hija de la hermana de su padre, o con la hija del hermano de su
madre. En lo segundo puede hacerlo con la hija de la hermana de
su madre o con la hija del hermano de su padre. En la
tradición amazónica la poliginia está
permitida y es hasta hoy practicada. Sin embargo, lo más
común es que el hombre tenga mas afecto a la primera
esposa que es la encargada de la distribución de los
alimentos y administrar la casa. El indígena y sus esposas
viven en una misma casa; las mujeres con sus respectivos hijos se
ubican en rincones opuestos, el marido tiene su cama o hamaca al
centro.
No es frecuente las relaciones
extra-matrimoniales, las personas que incurren en este hecho son
mal vistas por la comunidad, por considerarse alteración
al orden natural de la cultura, que incluso permite la poligamia
a los hombres. El divorcio (separación de hecho) es
practicado solamente por razones extremas; si el hombre tiene
problemas con alguna esposa –por que no le da hijos o es
floja- éste la abandona; los niños menores de seis
años quedan con la madre, la abuela materna o
paterna.
Muerte y Sepelio
La muerte es considerada como una parte del
ciclo de existencia, que no es solo terrenal; ellos nunca suelen
hablar de ella y solo hacen referencia cuando guarda
relación con hechos heroicos. En muchas culturas (que
mantienen la tradición) cuando muere una persona, todos
los familiares comienzan a llorar y a gritar fuertemente, esto
sirve como aviso a los demás miembros de la comunidad, que
muy pronto rodean al difunto y convierten el dolor en un llanto
general.
Las prácticas de entierro son
diversas, unas culturas entierran a sus muertos liados en corteza
de árbol, otras queman el cadáver y las cenizas en
el aire y se han conocido también formas de
endocanibalismo (comer carne humana con fines rituales y
religiosos). Es muy generalizado que las pertenencias principales
del difunto, como armas, hamaca, adornos y incluso mascotas sean
destruidas o enterradas con él.
Los valores
sexuales indígenas
En una mayoría de pueblos
indígenas de la Amazonía se ha comprobado que no
hay indígenas que se queden solteros; si se encuentran
solos es que han enviudado o se han divorciado, pero todos sin
excepción tienen que casarse. El matrimonio es obligatorio
para los jóvenes, pues no sólo significa un hecho
amoroso o sentimental, sino que adquiere dimensiones de tipo
político y económico; es un instrumento al servicio
de la reciprocidad y porque no decir de la paz.
No hay indígenas que se queden
solteros; si se encuentran solos es que han enviudado o se han
divorciado
La homosexualidad, en sus dos versiones -la
sodomía y el lesbianismo- originariamente es desconocida
en las sociedades amazónicas.
Algunos podrían pensar que la
costumbre de los indígenas de caminar agarrados de las
manos sea síntoma de homosexualidad; pero no es
así; el tomarse las mano es el más alto
símbolo de fraternidad y amistad que los nativos practican
incluso entre miembros de un mismo sexo.
La homosexualidad, en sus dos
versiones -la sodomía y el lesbianismo- originariamente es
desconocida en las sociedades amazónicas
Finalmente podemos decir que la sexualidad
entre los indígenas es un acto libre, se la practica
porque se confía en el otro. La prostitución no
existe en ellos, el desconocimiento de las enfermedades
venéreas y otros males sexuales también se pueden
contar entre lo puro y natural en que se desarrolla la
sexualidad. Hasta cuándo los indígenas
podrán vivir en el marco de sus propios valores?. El
tiempo lo dirá, porque si se les niega el derecho a la
propia identidad y al territorio, se les cambia de idioma y se
les mata la cultura, ellos estarán destinados morir o a
vivir bajo las normas occidental que están haciendo mucho
daño a la salud del planeta.
Los ayoreos ven el mundo actual como bueno
e invariable. Todas las experiencias posibles están ya
hechas y la convivencia ser humano-naturaleza, aun con problemas,
funciona y garantiza a ambos lados la sobrevivencia. El
pensamiento ayorei se diferencia mucho del nuestro, donde dominan
palabras como cambio, revolución, crecimiento,
desarrollo.
En la rutina cotidiana, se pueden observar
múltiples relaciones con los seres de la naturaleza. La
mayoría de éstas se concentran en un concepto de
gran importancia en la cultura ayorei, de los Edopasade. Si se
busca una definición de éstos se puede decir: por
Edopasade se entiende todo lo abstracto y concreto existente, que
por descendencia mítica común, pertenecen a uno de
los siete clanes y que son relacionados por parentesco y
carácter común. Un ayorei que pertenece al clan
Etacori, considera al día y a la víbora coral su
Edopasade, al igual que la víbora coral y el día,
consideran a este ayorei como Edopasai. Nada en el mundo
está excluido de estas relaciones.
Si seguimos con el ejemplo de los
Etacorone, podemos constatar que todos los seres que hoy son
Edopasade de los Etacorone, pertenecieron ya a este clan antes de
convertirse en ser de la naturaleza. Por otro lado, todos los
Etacorone, sean hombres o seres de la naturaleza, tienen
caracteres comunes. En el caso de los Etacorone, se deducen de
uno de sus principales Edopasade, del Sol.
Del Sol se deducen el día y cosas
relacionadas, como animales anunciadores del día, cosas y
colores claros. También del Sol se deduce el calor y de
éste, por ejemplo, el fuego, cosas que tienen que ver con
el tiempo seco, sus frutas o vientos fuertes que hay en este
tiempo. También del Sol, se deduce el cielo o cosas que
caen de él, como el agua. Finalmente, el Sol rojo de la
mañana o de la tarde significa sangre, y con él
están relacionadas todas las cosas rojas, los grandes
guerreros derramadores de sangre, animales peligrosos, como las
víboras. También los animales que chupan sangre,
como los mosquitos, pertenecen a los Etacorone.
El carácter de los Etacorone y de su
Edopsade están entonces definidos por agresividad, rabia,
coraje, guerra, lo peligroso y resistente, lo sangriento y lo que
está en movimiento. A su vez, estos caracteres fuertes
están complementados por Edopasade como fuego, lo claro y
agua que son opuestos a los caracteres anteriores. Así, el
fuego neutraliza la sangre y el agua neutraliza la agresividad,
que hace que el carácter de los Etacorone se mantenga en
un cierto equilibrio.
Cada ayorei está orgulloso de su
Edopasade y se refiere en muchas ocasiones a ellos. En
situaciones difíciles el ayorei recuerda su Edopasade,
para renovar su valentía o superar momentos de
crisis.
Los Ayoreos que juntos se han enfrentado a
un peligro o han tomado parte en una expedición guerrera
se otorgan unos a otros nombres honoríficos: Erasorone,
que hacen referencia a un Edopasai del otro. Si un mayor ha
recibido algo, él no se conforma con dar un "gracias",
sino elogiando un Edopasai del donante, ya sea que alaba el buen
sabor de los frutos del Chaco, si el donante es Dosapei o el
hermoso canto del pájaro tojo, si es miembro el clan
Picanerai.
Los diferentes clanes también hacen
referencia a sus Edopasade en sus signos clánicos o, por
ejemplo en las plumas o colores que emplean en la
fabricación de sus flechas
Cultura
Idioma: Conservan el
monolingüismo, nativo superior al bilingüismo con el
castellano, su lengua no cuenta con la construcción de su
alfabeto.
Algunas Términos en
Ayoreo
Cacique, Jefe Acide
Dios Dupade
Madre Date
Hijo Dupadivi
Tierra Numitu
Animales Cubayudie
Vamos jico
Mañana Niome
* El idioma de los ayoreos proviene de la
raíz lingüística denominada zamuco.
Están a la espera de publicar material escolar en su
lengua.
* Por la constante movilización de
los ayoreos de un asentamiento a otro, a los centros urbanos y
hasta territorio paraguayo, es difícil precisar la
cantidad de familias. Sin embargo, la Canob estima que la
población ayorea es de cuatro mil personas.
La lengua imperecedera de los
zamucos
El idioma ayoreo proviene de la
raíz lingüística zamuco.
Etnológicamente los ayoreos
pertenecen a la familia zamuco del Parapetí, raíz
lingüística aislada del guaraní. El presidente
de la Central Ayoreo Nativa del Oriente Boliviano, Suby
Picanerai, afirma que su lengua es hablada por todos los miembros
de su etnia, la cual es enseñada en casas y escuelas. El
antropólogo Wigberto Rivero Pinto dice que ellos conservan
el monolingüismo.
Una característica de la lengua de
esta nación indígena es la ausencia/presencia de la
R en los grupos de Bolivia y Paraguay; empero, se ha determinado
que la pronunciación de esta letra es la original. Su
abecedario tiene 20 caracteres: a, b, c, ch, d, e, g, i, j, m, n,
jn, ñ, o, p, q, r, s, t, y. Y como subraya el
antropólogo Jürgen Riester, el zamuco es "una lengua
viva que más bien no está por desaparecer porque lo
hablan los del campo y la ciudad".
TRADICIONES Y LEYENDAS
Tradición:
Los ayoreos creen en el sol, la luna y las
estrellas tienen sus caminos en el cielo. En la mañana el
sol atraviesa gatájnoque gateí por el oriente, y lo
abandona por la tarde en el occidente. Allí es
transportado por las ondulaciones del yote quedéjname, un
rio subterráneo, hasta que vuelve a aparecer en el
este.
Si de noche en la tierra, en
jnaropié es de día, si es de día en la
tierra la luna alumbra en jnaropié.
En un intento de explicar su mundo, los
ayoreos separan la historia en dos partes diferentes, consideran
que antes todas las cosas los seres vivos eran hombres (los
antepasados jhanibajade), pero con el transcurso del tiempo, se
transformaron en las cosas y seres que hoy son, (era de los
ayoréode disi ejodé, hombres de la nueva
generación) ya sea por voluntad, como castigo o por haber
sido muerto por otro.
Cuentan que los momentos de peligro,
sequias y tempestades, son anunciados por unos pájaros
llamados asojna. Para afrontarlos, además de
prácticas rituales, deben narrarse mitos que son como
formulas mágicas (ujñarone). En los mitos relatan
momentos de peligro pasados y como fueron superados; la
efectividad del relato en casos de enfermedades reside no solo en
su contenido, sino principalmente en la respiración
expulsada al hablar, que aumenta mas soplando en la
dirección donde se encuentra el peligro. Estos relatos
ujñarones, se aplican para curar enfermedades y heridas,
aunque se pueden usar también para causar daño o
matar.
Cuando los ayoreos permiten integrarse a
algún extraño y aceptar los usos de otra cultura,
(los totobiegosodes) realizan una ceremonia que consiste en
pintarse el rostro de color rojo y negro, también se
cortan el cabello y comienzan a emitir una especie de quejidos o
ayes en vos baja.
Leyenda:
Una conocido leyenda ayoreo que emerge de
las tradiciones del pueblo originario. Una de ellas es justamente
la relacionada a las formas de atraer la lluvia para regar sus
sembradíos.
Según el cuento y cuando los seres
no habían decidido ser animales o humanos, la Abuela
Grillo –encarnada por Mariel Camacho- era la responsable de
proveer el líquido elemento, razón por la
cuál es permanentemente recordada por el pueblo
ayoreo.
"Lo interesante, es que esta historia es
relatada por "Atoj el zorro" emblemático personaje de la
mitología andina que generalmente aparece en los cuentos
infantiles", señaló, uno de los
responsables.
De esta manera, fusiona íconos
amazónicos y andinos también como una forma de
reencontrarnos en nuestra diversidad cultural.
LEYENDA SOBRE SU
CREACION.-
Con la sombra de Dupade se hicieron los
Ayoreo. Voy a hacerlo con mi misma sombra, dijo Dupade. Dupade
creó la persona hombre con la boca abierta y sin
espíritu. Salía todo por la boca y el ano.
Entremezcló su interior con aire y le dio la vida. Otro
día hizo otra persona. Era muy frágil y era mujer:
ordenó al hombre que tuviera sexo con ella. Pero no daba
gusto. Entonces echó ají y sal y el sexo daba
gusto. Su vientre se hinchó mucho. Y le preguntaron a
Dupade qué era. Es un hijo dijo Dupade, no hay que tener
miedo. Pero ellos al ver la cintura quedaron
atemorizados.
TRADICIONES Y
FESTIVIDADES.-
Tradicionalmente los ayoreo, poseían
una amplia mitología y fiestas religiosas propias,
relacionadas con sus creencias en determinadas aves como
divinidades tutelares; su cósmica se desplazaba en una
constelación compleja y altamente estructurada de sistemas
simbólicos, cultura ideológica que contrastaba con
la escasez de material en la que vivían y el estado de
nomadismo tribal. Se tenía el chamanismo como fuerza
centralizadora del clan, paralelo al papel del decasuté;
ahora ello ya no existe y es el Cristianismo el que se ha
impuesto.
COSTUMBRES:
MUSICA Y DANZAS
Ayoreos: Fundación: Octubre de 2006.
Su historia y objetivo:Fundada a principios del ciclo del
año 2007 donde este grupo de niñas decidió
mostrar que no solo la danza de los tobas es para los
jóvenes sino también para todo aquel que se anime a
participar. Ellas participaron en la mayoría de las
presentaciones y asi como todos realizaron con sus propias manos
su vestuario e hicieron su debut representando a la etnia Ayoreos
en agosto de 2007 en la festividad de Lujan.
Danza de jaguar
Sus canciones son distintas y expresan el
testimonio de sus propias hazañas guerreras, por ejemplo,
hablan de un chaman ya muerto, de sus experiencias con los
blancos, del enfrentamiento con la sociedad nacional.
Autor:
Mauricio Colque
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